Aparatos para Corregir la Succión de los Dedos

¿Hay alguna imagen que ilustre las comodidades de la infancia mejor que la de un bebé con sueño que se chupa el pulgar? Las imágenes de ecografías han mostrado, para alegría de muchos futuros padres, que este comportamiento puede ocurrir incluso en el útero. El hábito de chuparse el dedo o el pulgar también parece relajar y consolar a los niños pequeños, y es completamente natural. Pero a medida que el niño crece, llega un punto en el que este hábito no solo es socialmente incómodo, sino que también puede ser perjudicial para su salud oral.

La mayoría de los niños dejan de succionar el pulgar por sí solos, entre las edades de dos y cuatro años. Pero si la práctica persiste después de los 3 años, puede cambiar los patrones de crecimiento de los maxilares y causar una desalineación significativa de los dientes. Quizás sea difícil creer que un hábito tan inocuo realmente pueda mover dientes y huesos, pero hay varias razones por las cuales esto ocurre.

Los maxilares de los niños, con abundante irrigación sanguínea y de rápido crecimiento, son relativamente blandos y flexibles, especialmente en niños menores de 8 años. Por lo tanto, no es difícil que la presión constante de un pulgar o un dedo deforme el hueso blando alrededor de los dientes frontales superior e inferior. Los niños que son particularmente vigorosos en este hábito están más propensos a cambiar los patrones de crecimiento de los dientes y los maxilares.

Si el hábito de succión del pulgar persiste, puede provocar que los dientes frontales superiores sobresalgan hacia afuera y los inferiores se muevan hacia atrás y hacia adentro. También puede detener el crecimiento de la mandíbula inferior, y a la vez causar que el maxilar protruya hacia adelante. Esto puede provocar una desalineación de los dientes, una mordida abierta anterior (donde los dientes frontales no se juntan), un colapso del maxilar que causa mordida cruzada u otros problemas. Por eso es importante detener el hábito en el momento adecuado, antes de que se genere el daño.

Dejar el Hábito

Al igual que muchos patrones de comportamiento potencialmente dañinos, la succión del pulgar puede ser un hábito difícil de dejar. A lo largo de los años, los padres han probado una variedad de remedios caseros, como hacer que el niño use guantes, recubrir los dedos con una sustancia de sabor amargo e incluso hacer que sus hijos pequeños razonen. A veces funciona, pero en otros casos, el placer de chuparse el dedo resulta muy difícil de controlar.

Si su hijo tiene el hábito de chuparse el pulgar u otro dedo, ya tiene más de 3 años, y no ha podido dominarlo, entonces puede ser hora de que visite la consulta dental. Es posible que se recomiende que su hijo utilice un aparato para controlar el hábito, como una rejilla de interposición lingual fija o un dispositivo extraíble. La rejilla es un pequeño aparato de metal que se usa dentro de la boca, unido a los dientes superiores.

¿Cómo funciona? Los alambres semicirculares de la rejilla de interposición lingual evitan que el pulgar o el dedo toquen las encías detrás de los dientes frontales. Simplemente evitar este contacto parece quitarle todo el placer al hábito de chuparse el dedo, y sin esa retroalimentación placentera, un niño no tiene ninguna razón para continuar con el comportamiento. De hecho, el dispositivo suele tener éxito el primer día que se usa.

Uso de un Aparato para Controlar el Hábito

Si su hijo pudiera beneficiarse de un aparato para controlar el hábito, el primer paso es realizarle un examen completo, que puede incluir tomar radiografías, fotografías e impresiones dentales. Si se recomienda el uso, se fabricará una rejilla a medida que se adapte a la boca de su hijo y se colocará en la siguiente cita. Posteriormente, su hijo será monitoreado periódicamente hasta que se retire el aparato, por lo general, un período de varios meses.

Aunque usar la rejilla no es doloroso, es posible que su hijo experimente algo de dolor en los dientes posteriores superiores durante varias horas después de que se instala por primera vez. También puede tener un poco de dificultad para conciliar el sueño por uno o dos días. Por lo general, todo lo que se precisa es brindarle mucha atención adicional, cuidado y amor para hacerlo sentir que todo está bien. Mientras se utiliza el aparato, es mejor evitar masticar chicle y comer alimentos duros y pegajosos que puedan soltarlo.

Un Comentario sobre la Interposición Lingual

Al igual que la succión del pulgar, la interposición lingual es un patrón de comportamiento normal en niños pequeños. En realidad, es parte del patrón natural de deglución infantil, que la mayoría de los niños normalmente cambiará por sí solo a la edad de 4 años. Sin embargo, si el patrón no cambia, puede provocar problemas similares a los causados por la succión del pulgar, es decir, problemas con la alineación de los dientes y el desarrollo esqueletal. Afortunadamente, este problema se puede tratar con éxito con un aparato para controlar el hábito que es muy similar a una rejilla de interposición lingual fija.