Ansiedad Dental
No es raro que algunas personas se sientan un poco nerviosas cuando visitan la consulta dental, aunque bien saben que beneficiará su salud. Para algunos, sin embargo, esta ansiedad adquiere un aspecto más problemático. De hecho, según algunas encuestas, entre el 10 y el 20 por ciento de las personas dicen que evitan todo tratamiento dental por miedo al dentista. Las consecuencias de este comportamiento pueden ser graves, desde el deterioro general de su salud oral hasta dolor de dientes, infecciones e incluso la pérdida de dientes, muchas de los cuales podrían haberse evitado.
En su forma más grave, esta afección se llama fobia dental. Puede causar que las personas experimenten síntomas de pánico y terror (como nerviosismo extremo, llanto y falta de aliento), aunque se dan cuenta de que la sensación de temor es irracional. En algunos casos, se puede requerir tratamiento psiquiátrico para superar esta afección. Para la mayoría de las personas, sin embargo, hay varias formas más simples de reducir la ansiedad de un procedimiento dental.
Hablar del Problema
Como primer paso, incluso antes de venir a la consulta, hable de sus temores con su dentista. Ser capaz de hablar sobre sus experiencias en un ambiente tranquilo y seguro, y tener un dentista que escuche sus preocupaciones puede ayudarlo a desarrollar una sensación de control, lo que a su vez puede ayudar a reducir la sensación de ansiedad.
Una vez que su dentista comprende sus miedos (y cualquier cosa específica que pueda desencadenarlos), es posible desarrollar un plan que lo haga sentir más cómodo y menos ansioso. Puede comenzar el tratamiento dental lentamente, siguiendo los procedimientos "más fáciles" antes de intentar alguno que pueda causar mayor ansiedad. Incluso es posible acordar una señal de mano que signifique "detenerse", para ayudarlo a sentir que tiene más control del proceso.
Uso de Medicamentos Contra la Ansiedad
Además de una charla abierta, hay una serie de medicamentos seguros y efectivos que pueden ayudarlo a superar incluso los procedimientos dentales más complicados. Los anestésicos actúan bloqueando la sensación de dolor. Los sedantes (a veces llamados medicamentos "ansiolíticos") se usan para ayudarlo a relajarse. A veces se necesitan ambas cosas para garantizar una máxima comodidad, en especial si las inyecciones que administran anestésicos locales le producen mucha ansiedad.
Los sedantes se pueden administrar de varias maneras diferentes. La sedación oral (píldoras administradas por vía oral) se ha convertido en una opción popular porque no requiere agujas. El óxido nitroso, un gas inhalado por la nariz, se ha utilizado en procedimientos dentales durante más de 100 años. La sedación intravenosa (IV) es un método potente para administrar medicamentos que funcionan inmediatamente y que se pueden ajustar de manera rápida y fácil. Se requiere equipo especial y capacitación para administrar la sedación intravenosa y puede tener más riesgos.
Antes de recomendar cualquier tipo de sedación, su dentista obtendrá su historia medica completa, incluidos los medicamentos que esté tomando actualmente. El día de su tratamiento, puede ser necesario que alguien lo acompañe a su cita y luego a su casa. Estar en un ambiente de apoyo, combinado con el uso apropiado de medicamentos, a menudo hace posible que incluso los pacientes más ansiosos tengan una experiencia dental libre de miedo.