El Flúor y Su Hijo
El flúor, un mineral natural, es esencial para el buen desarrollo de los dientes y la prevención de la caries. Aun así, la caries es un problema grave, pero es menos frecuente de lo que podría ser sin la fluoración de los suministros públicos de agua. Esa es la razón por la cual las asociaciones de odontólogos y médicos pediatras más importantes apoyan la fluoración del agua en los niveles actualmente recomendados de 0.70 partes por millón (ppm). También es la razón por la cual los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, según sus siglas en inglés) consideran que el agua fluorada es uno de los logros más importantes del siglo XX en salud.
Por supuesto que no todos tienen acceso a ella. Ese es un motivo por el cual con frecuencia se recomienda para su hijo un suplemento de flúor o el uso de pastas dentales y otros productos que contengan este importante mineral. Ya que es posible que los niños consuman demasiado flúor, es mejor buscar asesoramiento profesional sobre el uso de cualquier producto que lo contenga.
Cómo Ayuda el Flúor
Con frecuencia, la capa externa protectora de los dientes, llamada esmalte, es atacada por ácidos. Estos ataques pueden provenir directamente de alimentos ácidos y refrescos, como bebidas y frutas citricas, o a veces de un intermediario: las bacterias que causan la caries que ya se encuentran en la boca y forman ácido a partir del azúcar. Estas bacterias se congregan en la placa dental y se alimentan del azúcar que no se limpia de la boca de su hijo. Al metabolizar (descomponer) el azúcar, las bacterias producen ácidos capaces de erosionar el esmalte de los dientes. De este modo se forman las caries. Cuando hay flúor presente, se convierte en parte de la estructura cristalina del esmalte dental, endureciéndolo y haciéndolo más resistente a los ataques de ácidos. El flúor incluso puede ayudar a reparar pequeñas caries que ya comienzan a formarse.
Suministrar Flúor a los Dientes
El flúor que los niños ingieren por medio de agua potable o suplementos puede ser absorbido por sus dientes permanentes cuando están en desarrollo. Una vez que el diente ha salido, se puede fortalecer con flúor de forma tópica (sobre la superficie). Utilizar una pasta dental que contenga flúor es un modo de asegurarse de que los dientes de sus hijos se expongan a ese mineral todos los días. Recomendamos que los niños menores de 3 años solo usen una cantidad diminuta, y que los niños entre 3 y 6 años utilicen una cantidad del tamaño de una arveja. Un modo muy beneficioso de proporcionar flúor a los dientes en la consulta dental es con aplicaciones de flúor tópico, realizadas directamente sobre los dientes de su hijo y dejando que actúe durante unos minutos para que la eficacia sea óptima.
¿Cuánto es Demasiado?
En los dientes que estuvieron demasiado expuestos al flúor mientras se formaban debajo de la encía puede presentarse una afección llamada fluorosis dental, que se caracteriza por una apariencia rayada o moteada del esmalte. Los casos leves de fluorosis se presentan en forma de manchas blancas difíciles de distinguir. En casos más graves (que son poco comunes), las manchas pueden ser más oscuras y con una textura picada. La afección no es dañina, pero con el tiempo podría ser necesario realizar un tratamiento dental cosmético. Las caries, por otro lado, sí son dañinas para la salud de su hijo y, en casos graves, también pueden ser muy dolorosas.
El riesgo de fluorosis desaparece cuando el niño alcanza los 9 años aproximadamente y todos los dientes han terminado de formarse. Como el uso de flúor es acumulativo, se deben evaluar todas las fuentes de ese mineral con las que su hijo tenga contacto, incluso la fórmula en polvo para niños que se mezcla con agua corriente fluorada. Sin embargo, aunque se aconseja tener precaución, sería un error renunciar a los beneficios que este importante mineral puede ofrecer a los dientes de su hijo, y a su salud en general.