Dientes Faltantes
Si le faltan uno o más de sus dientes permanentes, no es el único: hay millones de personas en la misma situación. Muchos tratan de arreglárselas sin tener todos sus dientes y sufren algunos de los conocidos problemas que ello acarrea: sonrisas que no se ven tan atractivas como antes, problemas al comer ciertos alimentos, e incomodidad y vergüenza en situaciones sociales.
Aun así hay otros problemas asociados con la pérdida de dientes que son menos obvios, pero podrían tener un efecto más importante en su salud, como dificultades nutricionales, problemas de salud oral y pérdida ósea.
Dificultades Nutricionales
Es un hecho demostrado que comer bastantes frutas y verduras y evitar los alimentos demasiado procesados es una parte esencial de una buena nutrición. Pero muchos alimentos se vuelven difíciles de masticar si faltan dientes, y esos alimentos "complicados" suelen ser los que brindan el mayor valor nutricional. Los alimentos blandos son más fáciles de comer, pero con frecuencia son demasiado procesados y ofrecen poco valor nutritivo. Junto a la posibilidad de estar mal alimentado, una dieta deficiente puede poner en riesgo el sistema inmune y empeorar la salud en general.
Problemas de Salud Oral
Si solo le faltan uno o dos dientes, puede que no sienta una necesidad urgente de reemplazarlos ahora. Pero los problemas que trae la falta de dientes no mejoran… y con el tiempo pueden empeorar bastante. Los dientes no están fijados con solidez a los maxilares; por eso, cuando falta aunque sea un diente, los restantes tienden a "moverse" hacia nuevos posiciones. Eso puede provocar un torrente de problemas de salud oral, incluidas posiciones inestables de los dientes, desgaste excesivo, mayor probabilidad de que se formen caries y se presenten enfermedades periodontales, y la pérdida de aún más dientes.
Pérdida Ósea
A simple vista no puede ver el hueso que sostiene los dientes, pero las consecuencias de la pérdida ósea son muy reales. El tejido óseo necesita estimulación para mantener su volumen y densidad. Cuando se pierden dientes, el hueso que alguna vez les sirvió de soporte pierde estimulación y comienza a deteriorarse. Puede perder un cuarto de su ancho en solo un año, y más aún a medida que pasa el tiempo. Cuando los maxilares se hacen más pequeños, disminuye la altura facial (la distancia de la nariz al mentón) y los rasgos del rostro pierden sostén. El mentón rota hacia adelante, las comisuras de los labios se caen (en una mueca como de enojo) y las mejillas pueden parecer hundidas. La pérdida de hueso en los maxilares puede darle el aspecto de tener muchos más años de los que en realidad tiene.
Las consecuencias de la pérdida de dientes son muy reales, aun si son menos visibles que un espacio vacío en su sonrisa. Por eso es tan importante no posponer el reemplazo de dientes faltantes.