Sellantes Dentales
La ubicación más probable para que se desarrolle una caries en la boca de su hijo son las superficies de masticación de los dientes posteriores. Pase la lengua por esa área de su boca y entenderá la razón: esas superficies no son lisas como otras áreas de su dentadura. En realidad están llenas de diminutas muescas que se llaman "fosas y fisuras", que atrapan bacterias y partículas de alimentos. Las cerdas de un cepillo de dientes no siempre llegan al fondo de esas pequeñas grietas húmedas y oscuras. Esto genera las condiciones perfectas para que se desarrollen caries.
Además, los dientes permanentes recién erupcionados de un niño no son tan resistentes al desarrollo de caries como los de un adulto. La dura capa de esmalte que protege los dientes cambia a medida que envejece y se vuelve más fuerte. El fluoruro, que se encuentra en el dentífrico y en algunos tipos de agua potable (además de los tratamientos que se brindan en un consultorio odontológico), pueden fortalecer el esmalte, pero también es difícil hacer que el fluoruro llegue a dichas fosasy fisuras en forma habitual. Por suerte, existe una buena solución a este problema: los selladores dentales.
Son revestimientos invisibles de resina plástica que alisan las superficies de masticación de los dientes posteriores y los hacen así resistentes al desarrollo de caries. Un diente sellado tiene muchas menos probabilidades de desarrollar caries, lo que evitará que su hijo necesite un tratamiento dental más costoso en el futuro y, lo que es más importante, que le provoque dolor.
Cómo se Colocan los Sellantes
Un sellante puede considerarse un mini relleno plástico, aunque asegúrele a su hijo que no "es lo mismo" que rellenar una caries. Como el esmalte dental no contiene nervios, colocar un sellante es indoloro y habitualmente no requiere inyecciones de anestesia. Primero, se examinan los dientes que se van a sellar, y si se encuentra la más mínima caries, se la eliminará con suavidad. Luego se limpiará y secará el diente. A continuación, se aplica una solución "grabante" que pone ligeramente áspera la superficie, para que el material sellador se adhiera mejor. El diente se vuelve a enjuagar y secar. Se pinta entonces el diente con el sellante, que tiene forma líquida y endurece en un minuto aproximadamente, a veces con ayuda de una luz especial de tratamiento. Y eso es todo.
Nota sobre el BPA: un estudio del 2012 que recibió amplia cobertura periodística generó preocupaciones sobre rastros de la sustancia química bisfenol A (BPA) encontrados en algunas (pero no en todas) las resinas dentales que podrían contribuir a provocar problemas de conducta en los niños. En el estudio, los autores mencionaban que, si bien habían hallado una asociación, no habían demostrado en realidad que el BPA en los sellanates dentales causara tales problemas. De hecho, esta sustancia es más frecuente en envases de alimentos y bebidas que en materiales de restauración dental. Después de eso, la Academia Americana de Odontopediatría y la Asociación Dental Americana han ratificado su respaldo al uso de sellantes.
Cuidando los Sellantes
Los dientes sellados requieren la misma higiene dental minuciosa que los que no tienen sellante. Su hijo debería seguir cepillándose y usando el hilo dental a diario, y recibir limpiezas profesionales periódicas. Es importante revisar el desgaste del sellante, aunque debería durar hasta 10 años. En ese tiempo, será beneficioso para su hijo realizar un tratamiento preventivo que reduce el desarrollo de caries en más del 70 %, según se ha comprobado.