Empastes

Si usted nunca ha tenido una caries, ¡felicitaciones! Si ha tenido alguna, no es el único. Aproximadamente el 78% de nosotros hemos tenido al menos una caries al llegar a los 17 años, según un informe del 2000 elaborado por la Dirección General de Salud Pública de los EE. UU. Afortunadamente hay un tratamiento de eficacia comprobada para la caries: el empaste dental.

Caries.

Los empastes hacen lo que dice su nombre: sellan un pequeño agujero en el diente, es decir, una cavidad causada por la caries. Esto previene que la caries (una infección producida por bacterias) se extienda más en el diente y, si no se trata, continúe hacia la pulpa dental (nervio) ubicada en el interior del conducto radicular. Si eso ocurriera, sería necesario realizar un tratamiento de conducto.

Actualmente se utiliza una gran variedad de materiales para empastar los dientes, pero el proceso es similar en todos los casos. El primer paso es un examen clínico del diente con rayos X para determinar el grado de deterioro. Luego se elimina la zona cariada del diente, por lo general con un instrumento de mano, como un micro motor. Por supuesto, primero se aplica anestesia al diente, por lo que no sentirá ninguna molestia. Si normalmente se pone nervioso al recibir inyecciones de anestesia, es posible que tomar un medicamento contra la ansiedad o usar óxido nitroso pueda ayudarlo a sentirse más relajado. Después de retirar la parte cariada, se aplica una solución ligeramente ácida para volver áspera o "grabar" la estructura dental restante; a continuación, se aplica cemento translúcido para unir el diente y el material de empaste. Esta técnica ayuda a fortalecer los dientes y previene las filtraciones. Siempre es utilizada para empastes de resina compuesta (del color del diente), y a menudo para empastes de plata.

Tipos de Empastes

Existen dos categorías generales de empastes dentales: de metal y del color del diente. Cada uno puede ofrecer ventajas y desventajas particulares en determinadas situaciones.

Empastes de Metal

Empaste de Metal.

Amalgama: es el clásico empaste "de plata" en uso durante más de un siglo; la amalgama dental es en realidad una aleación compuesta de mercurio, plata, estaño y cobre. El mercurio se combina con los otros metales en la amalgama para hacerla estable y segura. Estos empastes son fuertes y de bajo costo, pero también bastante visibles. Además requieren una mayor preparación del diente (fresado) con relación a otros tipos de empastes.

Oro Fundido: el oro fundido, uno de los materiales más costosos de restauración dental, combina oro con otros metales para conformar un empaste muy fuerte y duradero. También es muy visible, lo cual puede ser considerado como una ventaja o una desventaja.

Empastes del Color del Diente

Empaste del Color del Diente.

Resinas compuestas: las resinas compuestas, una opción popular para aquellos que no quieren que sus empastes sean visibles, son una mezcla de plástico y vidrio, la cual se une al resto del diente. Los empastes de resina compuesta son más costosos que los de amalgama, y duran casi el mismo tiempo. En comparación con la amalgama, al colocar la resina compuesta no es necesario fresar tanto el diente.

Porcelana: estas cerámicas dentales de alta tecnología son firmes, tienen un aspecto natural y no se manchan, como puede ocurrir con las resinas compuestas. A veces son más costosas que las resinas compuestas, ya que requieren el uso de un laboratorio dental o tecnología especializada generada por computadoras. Si bien es considerado el empaste más estético, puede también ser frágil debido a su alto contenido de vidrio.

Vidrio Ionómero: hecho de polvos de acrílico y vidrio, estos empastes translúcidos y de bajo costo tienen las ventajas de combinar muy bien con el color natural del diente y de liberar pequeñas cantidades de flúor para ayudar a prevenir la caries. Por lo general no duran tanto como otros materiales de restauración.

Qué Esperar Después de un Empaste

El adormecimiento causado por la anestesia local debe desaparecer en un par de horas. Hasta entonces, lo mejor es evitar el consumo de líquidos calientes o fríos, y evitar comer del mismo lado del empaste. Durante las primeras dos semanas después del empaste, es normal tener cierta sensibilidad a lo caliente y frío. Si la sensibilidad continúa después de transcurrido ese tiempo, o si siente algún dolor real al morder, puede ser señal de que su empaste necesita algún ajuste. Continúe cepillándose los dientes y usando hilo dental de manera normal todos los días, y visite la consulta dental por lo menos dos veces al año para sus revisiones y limpiezas periódicas. Y recuerde que la caries es una enfermedad fácil de prevenir; con una buena higiene oral y cuidado profesional, ¡usted puede hacer que su caries más reciente sea la última!